La industria de las artes gráficas puede presentar riesgos caracteristicos de la actividad industrial, esto puede ocurrir en cualquier parte de su proceso, ya sea preimpresión (tratamiento del texto y de la imagen), impresión e incluso en la post-impresión que abarca la limpieza, encuadernación , acabado y manipulaciones finales.
El riesgo derivado de las sustancia químicas continua durante la post-impresión debido a todas las operaciones de limpieza de los rollos entintadores, planchas de impresión, cilindros, etc. ya que han sido impregnadas con tintas y su correcta limpieza es crítica para mantener la calidad de los trabajos de impresión.
Regularmente se utilizan disolventes cuando acaba la impresión o hay un cambio de color, esto para evitar que las máquinas de impresión queden impregnadas de tintas inservibles ya que tienen gran capacidad para disolver o diluir grasas, aceites, etc. Su limpieza puede ser de manera automática o manual.
Las clases de disolvente de uso común en las imprentas corresponden a parafinas, compuestos aromáticos, alcoholes, esteres, cetonas y éteres. Algunos de los compuestos individuales que han sido identificados son ciclohexano, tolueno, xileno, etilbenceno, dietilbenceno, metanol, etanol, isopropanol, isobutanol, ciclohexanol, etil acetato, metil etil cetona y metil isobutil cetona. No obstante, se ha informado que los solventes específicos usados en los distintos procesos de impresión (offset, rotograbado, flexografía, serigrafía y tipografía) son fuertemente dependientes del país o región. Estos son utilizados principalmente en todas las operaciones de limpieza y desengrase de máquinas y accesorios.
Sin embargo, la mayoría contienen compuestos orgánicos volátiles (VOC's) que se evaporan fácilmente, son inflamables y pueden disolverse en grasas, por lo que el riesgo de exposición laboral y medioambiental durante su utilización es muy elevado.
Los disolventes provocan la contaminación de la atmósfera, pues generan emisiones difusas, que afectan directamente a los trabajadores en el interior de las instalaciones, y puntuales en los focos fijos de emisión como chimeneas o sistemas de extracción localizada, que se dispersan en el entorno afectando a la calidad del aire que respiramos. El uso de disolventes, tanto en el ámbito industrial como en el doméstico, es el responsable de la cuarta parte de los compuestos orgánicos volátiles (COV) liberados a la atmósfera, lo que ocasiona importantes problemas de contaminación ambiental.
La regulación de los límites de exposición de los trabajadores se basa en muchos países en un conjunto de valores límite, tales como los Threshold Limit Values (TLV) en Estados Unidos o los límites de exposición profesional para agentes químicos en España (VLA), que publica anualmente el Instituto Nacional de Seguridad e Higiene en el Trabajo. Con frecuencia los valores límite se fijan tanto para exposiciones pico como para exposiciones promedio de 8 horas.
El Instituto Nacional de Seguridad e Higiene en el Trabajo reconoce que no existen niveles seguros de exposición; así y según la guía de límites de exposición profesional para agentes químicos en España, “los límites de exposición profesional son valores de referencia y no constituyen una barrera defi nida de separación entre situaciones seguras y peligrosas”.
Estas sustancias pueden provocar efectos muy graves sobre la salud de los trabajadores. Los efectos de una exposición prolongada incluyen cáncer, lesiones en el sistema nervioso, lesiones en riñón, hígado, corazón o pulmones, anemias y leucemia, lesiones en la piel, daños al sistema reproductor y daños al sistema endocrino, esto debido a que pueden ser absorbidas por el organismo por diferentes vías:
Vía Pulmonar, la más importante, siendo la inhalación la principal vía de exposición laboral y por lo general los disolvente orgánicos son líquidos volátiles cuyos vapores son solubles en lípidos y de ahí se absorben bien por la membrana del alvéolo , pasando fácilmente a través de los pulmones hasta la sangre.
Vía dérmica. La facilidad con que una sustancia se absorbe a través de la piel depende de las propiedades químicas del disolvente (capacidad de disolverse en agua o en grasas) y del estado más o menos estropeado de la piel. Depende también de los hábitos higiénicos de los trabajadores.
Vía digestiva, ligada fundamentalmente a hábitos o prácticas incorrectas, tales como beber, comer y fumar en el puesto de trabajo, siendo los disolventes ingeridos a través de la boca por contacto con las manos, bebidas, alimentos y cigarrillos contaminados.
Debido a todo esto los disolventes orgánicos representan un grave riesgo higiénico. La forma de mitigación mas adecuada es la sustitución, en la medida de lo posible, de los productos que generan el problema. Recientemente han salido al mercado una serie de alternativas que son Productos de Limpieza basados en soluciones acuosas o en solventes orgánicos naturales. En ambos casos la reducción en VOC's es muy significativa y la exposición a los trabajadores se reduce drásticamente. Adicionalmente estos productos no son inflamables, lo que reduce el riesgo potencial de un incendio en el área de trabajo.
Referencias: