La parte más importante de la industria metal mecánica, es la limpieza (o desengrase). El método de limpieza puede variar, dependiendo del método de aplicación, la demanda de material y los tratamientos posteriores. Los limpiadores son diversos y varían en tipo y formulación.
A medida que las piezas metálicas se vuelven cada vez más complejas y su correcto funcionamiento requiere de limpieza cada vez más exigente, las demandas de rendimiento de los desengrasantes industriales aumenta de forma alarmante. La falta de limpieza de los componentes durante y al final del proceso de fabricación puede resultar en un trabajo extra costoso, provocar atrasos en la línea de producción y manchar la reputación de la empresa.
Los desengrasantes son el centro de un buen mantenimiento, previenen daños causados por contaminación, defectos imperceptibles y reduce al mínimo la sustitución de equipos. Cuanto mejor sea el desengrasante, menos energía y tiempo habrá que dedicarle a la mano de obra.
Por consecuencia, la correcta selección de un desengrasante para un metal en específico, se deben de conocer los factores involucrados:
a) Superficie a ser limpiada: es de suma importancia conocer que tipo de superficie que se quiere desengrasar, para lograr una mayor limpieza de gran calidad en el producto.
Existen dos tipos de metales:
b) Suciedad a ser eliminada: Los tipos de suciedad más comunes son:
Dependiendo de que se quiera remover, se pueden seleccionar el tipo de detergente:
Detergente ácido: Tienen un pH menor de 7, se utilizan para remover materiales incrustados en superficies, como óxidos metálicos o sales minerales.
Detergente alcalino: con un pH entre 7 y 14, se utilizan para eliminar residuos grasos y orgánicos de la superficie del metal.
c) Grado de limpieza requerida
No todas las operaciones requieren el mismo grado de limpieza, ya sea debido a la exigencia del comprador o la aplicación que se le vaya a dar. De esta manera, nos podemos dar cuenta que producto usar, en que concentraciones, en que condiciones; estos detalles son de gran importancia para la selección del insumo adecuado.
d) Calidad del agua.
Otro parámetro que se debe tender es el tipo de agua que se utiliza. Si el agua usada contiene una alta dureza, es motivo de inconvenientes en la limpieza con los desengrasantes alcalinos, porque éstos forman jabones insolubles de calcio y magnesio con el agua dura.
e) Método de aplicación.
Las soluciones de limpieza pueden aplicarse de diversas maneras: aplicación manual, aspersión o inmersión, con agitación o combinaciones para aumentar el grado de limpieza. Puede variar de empresa a empresa, pero con un mismo objetivo.
Si la aplicación va a ser manual, el desengrasante deberá ser suave de manera tal que no ataque a la piel; además no deberá ser ni tóxico ni inflamable. Los desengrasantes por inmersión sin agitación requerirán altas concentraciones de jabones o agentes emulsionantes. Los desengrasantes que estén agitados no deberán poseer agentes emulsionantes que forman mucha espuma.
Referencias: